Álicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), señaló recientemente que en 2020, a causa de la COVID-19, la economía global sufrirá su mayor contracción desde la crisis financiera de 2008 y en América Latina y el Caribe; la crisis económica producto de la pandemia, generará 12 millones de desempleados, lo que llevará a un incremento de 30 millones de personas en situación de pobreza.
“Los más afectados por la crisis de la COVID-19 serán los más pobres y vulnerables. La desigualdad sigue siendo uno de los talones de Aquiles de nuestra región” recalcó.
En su último informe sobre los efectos de la COVID-19, la Organización advierte que la situación producto del Coronavirus, provocará en el mediano plazo, cambios estructurales en la organización productiva, el comercio internacional y el modelo de globalización. Sobresalen; reducción del comercio, caída de precios de productos primarios, aversión al riesgo, peores condiciones financieras, menor demanda por turismo y reducción de remesas.
Las repercusiones económicas de la enfermedad, en la región, van a dar lugar a la más severa recesión en la historia de América Latina y el Caribe desde 1914 y 1930, la cual caerá 5,3% en 2020. Por su parte, el valor de las exportaciones descenderá cerca de un 15%.
La CEPAL mantiene un seguimiento de los impactos económicos y sociales de la COVID-19 en América Latina y el Caribe y Alicia Bárcena, en consonancia, ratifica que la pandemia es un mal público global que afecta a todos los seres humanos y demanda la urgencia de una acción colectiva con una comunidad internacional coordinada. De igual modo, reclama instituciones más redistributivas, con mayor preocupación por las minorías. “Debemos avanzar hacia un nuevo modelo de desarrollo (…), más social, menos desigual y más sostenible”.